Lo de los ancianatos ‘es una tragedia humana inimaginable’
En España, cerca de
16.000 ancianos han fallecido como consecuencia del nuevo coronavirus.
Estos centros se encuentran en el
punto de mira de las autoridades sanitarias, debido a las numerosas investigaciones
para aclarar las muertes que registran.
Hans Kugle, el director para Europa de la Organización Mundial
de la Salud
(OMS), declaró este jueves que la pandemia es una “tragedia humana
inimaginable” para las residencias de ancianos.
En algunos países, según Kluge, se vive una situación que
es “profundamente inquietante”. Según cálculos
preliminares de la institución, en algunos países “hasta la mitad de las
muertes por covid-19 son de residentes en instituciones de cuidados de larga
duración.
Para Kluge, "existe una necesidad inmediata y urgente de repensar y
adaptar el funcionamiento" de estos establecimientos frente a la epidemia. Se trata,
en particular, de priorizar las pruebas, de equipar bien al personal sanitario
y de organizar unidades especiales para los enfermos de covid-19.
Las residencias de personas mayores se han convertido en uno de
los principales focos de fallecidos en Europa durante la pandemia. Estos
centros se encuentran en el punto de mira de las autoridades sanitarias, debido
a las numerosas investigaciones para aclarar las muertes que se registran en
estos lugares.
Por la falta de cifras oficiales, en muchos casos por la dificultad de obtener
datos propios de los centros, y en otro por los retrasos en la contabilización
de víctimas, las estimaciones de medios internacionales que adelantan conteos
hablan de miles de muertos en estas residencias.
A
continuación, le contamos cuál es la situación en algunos de los países
europeos.
El
drama de los ancianos en España por el coronavirus
Cerca de 16.000 ancianos han fallecido en España como
consecuencia del coronavirus en los últimos dos meses.
Se trata del sector más vulnerable en el país,
que cuenta con alrededor de 5.500 residencias. La mayoría de
ellos han muerto en las comunidades de Madrid, Cataluña y en las dos regiones
más cercanas a la capital del país, Castilla-León y Castilla-La Mancha.
Los ancianos fallecidos, según el Ministerio de Salud, representan casi el 70
por ciento del total en toda España, donde
han muerto más de 22.000 personas. Solo en Madrid, el total se
acerca a los 6.000 mayores.
España es uno de los países europeos con mayor expectativa de vida, que se
sitúa en torno a los 83 años.
El drama de los ancianatos o residencias de mayores se debió inicialmente a la
carencia de equipos sanitarios adecuados y de test rápidos de detección de la
enfermedad. “Las ayudas que tuvimos fueron
cero, nada, por el desbordamiento de las administraciones”, dice
a EL TIEMPO el
director de dos centros en Madrid.
“La única ayuda con que contamos fue la de la Unidad Militar de
Emergencias y los bomberos, en materia de desinfección y manejo de emergencias,
pero no teníamos equipos de protección, que es lo que más necesitábamos para
que los trabajadores pudieran ayudar a los mayores”, agrega. El resultado fue
un 40 por ciento de empleados aislados por síntomas de coronavirus. “Ni
siquiera lo podíamos comprobar por falta de exámenes”, asegura.
El Gobierno pedirá al Parlamento una prórroga del
confinamiento para mantener la tendencia a la baja.
Aunque ahora la situación está más controlada, el caos se vivió
hace quince días.
“La derivación de mayores a
centros hospitalarios no existía porque los hospitales también estaban
desbordados”,
explica el director de los dos ancianatos.
“Los mayores morían en las residencias o en sus propias casas”,
dice. “De los restos se encargaban las funerarias, según los protocolos
establecidos, pero pasaban varias horas antes de que los recogieran por el
exceso de trabajo”, agrega.
A ello se suma el hecho de que muchas casas de ancianos no notaron al principio
la causa de los fallecimientos y la atribuyeron a los decesos que normalmente
ocurren en este tipo de centros. La alarma cundió cuando el número de muertes
creció de manera inusual.
Para controlar el contagio, los gobiernos regionales intervinieron no solo los ancianatos
operados por el sector público, sino un número importante de centros privados. En la Comunidad de Madrid
tomaron las riendas de catorce centros de personas de la tercera edad.
La Fiscalía del Estado abrió varias investigaciones penales para determinar la
responsabilidad en los casos no atendidos a tiempo. Ya son más de 200 las
diligencias iniciadas en este sentido.
El número de muertes ha disminuido como consecuencia de la compra de test
rápidos, mejores dotaciones para los sanitarios y planes de aislamientos de los
afectados, más la rotunda prohibición de las visitas. “Ahora llevamos días estables,
aunque lejos de la normalidad porque seguimos con gente aislada” explica el
director.
“Estamos recuperando personal que estaba de baja, contamos con
medicinas apropiadas y ya no hay contagios. Los fallecimientos que tienen lugar
son por los motivos normales entre gente mayor”.
De otra parte, se desconoce el número exacto de ancianos fallecidos en sus
casas, pues las estadísticas oficiales españolas solo registran los
fallecimientos en los propios centros y en los hospitales.
Al margen de las cifras, está el drama vivido por las familias, en especial por
los nietos, en un país donde los padres acuden a los abuelos para que se ocupen
de los niños mientras ellos trabajan. “Las familias han sido muy comprensivas y manifiestan sus
agradecimientos porque saben que los trabajadores han arriesgado su salud”, asegura el director
citado. Sin embargo, expresan el dolor por las pérdidas irrecuperables que
siembran de duelo sus hogares.
En
Italia ha sido ‘una masacre’
En Italia, el país con más muertos de Europa por coronavirus y
el segundo del mundo, lo que ha sucedido en las residencias de ancianos en las
últimas semanas ha sido "una masacre", según el director general adjunto de la Organización Mundial
de la Salud,
Ranieri Guerra.
El Instituto Superior de
Sanidad italiano (ISS) informó que entre 6.000 y 7.000 ancianos fallecieron en
residencias entre el 1.° de febrero y el 17 de abril, una cifra que dobla
la que se barajaba hasta el momento.
De esos fallecidos, menos de 1.000 habían sido sometidos al test, pero el 40
por ciento tenían síntomas de covid-19, como tos y fiebre, explicó el INSS,
tras dejar claro que se trata de cifras parciales y que siguen investigando.
"Gran
parte de las muertes se registraron en la segunda mitad de marzo, durante el
pico de la infección en el país", aclaró este viernes Graziano Onder, del INSS, en rueda de prensa.
Las autoridades italianas investigan más de 600 residencias de todo el
territorio y han observado que el 17 por ciento de ellas presenta
irregularidades, como la de Pio Albergo Trivulzio, en Milán (norte), en la que
han muerto 150 ancianos con coronavirus de un total de 1.000 residentes.
Según dijeron a la agencia Efe, fuentes del principal sindicato del país, CGIL,
tanto para el ISS como para ellos está siendo muy complicado obtener datos,
porque muchas residencias no quieren facilitar cifras y que por ello serán
fundamentales las investigaciones policiales.
Por otro lado, de los más de 20.000 muertos en Francia por coronavirus, el número de fallecidos en
residencias y centros de dependencia se eleva a los 6.860, según cifras
reportadas al final de la semana pasada. Se trata de cifras parciales, pues las
autoridades sanitarias solo han recibido datos de unas 5.450 residencias de las
más de 7.000 existentes.
De hecho, resulta revelador que de los casos
confirmados en todo el territorio francés al jueves 16 de abril más de la mitad
se locarizaron en esas residencias y centros. Otro ejemplo de la magnitud de la
mortalidad en estos establecimientos es que las 700 residencias de la región de
París cuentan con al menos un muerto por coronavirus, según las autoridades
regionales.
Cerrados a las visitas desde el 11 de marzo, las residencias son objeto de una
atención particular por el Gobierno, que ha multiplicado los test en ella y el
presidente, Emmanuel Macron, aseguró en su última intervención pública del
pasado lunes que tratarán de organizarse para que los familiares puedan visitar
a los ancianos más graves.
Lo que se sabe en Reino Unido y Alemania
En el Reino Unido, donde la cifra diaria de muertes de la que
informa el Gobierno solo incluye las ocurridas en los hospitales, se han
desatado las alarmas en los últimos días por el aumento de fallecimientos en
las residencias de ancianos sin saber si han muerto por el coronavirus por la
falta de test.
En Inglaterra, solamente Care England, la organización más importante que
gestiona estos centros, ha estimado en 1.400 los ancianos muertos por el virus, en tanto que en Gales
la cifra aproximada es de 81 y de 237 en Escocia, mientras que aún no hay datos
concretos en el caso de Irlanda del Norte.
La Sociedad de Alzhéimer calcula, por su parte, que la cifra real puede llegar
a 2.500. Según el ministro de Economía, Rishi Sunak, se está trabajando para
obtener "datos precisos" en esos centros, pero advirtió de que se
trata de un gran "desafío logístico" porque hay "muchas
más" residencias de mayores que hospitales.
Entre tanto, tampoco hay cifras oficiales de
fallecidos en residencias en Alemania, donde el Ministerio de Sanidad insistió hoy en que no
tiene esas cifras porque los datos no tienen en cuenta el lugar de residencia.
Según algunas fuentes, hasta el domingo 5 de abril, más de 150 residentes
habían muerto por el coronavirus, aunque parece tratarse de una cifra muy
alejada de la realidad. A falta de una estadística a nivel federal sobre el
número de contagios y muertes, son los diferentes distritos los que van
informando sobre los nuevos hotspots en
centros para mayores.
Así, por ejemplo, en Zwönitz, en Sajonia (este), hasta el pasado martes 55 de
los 85 residentes de un centro de mayores dieron positivo por coronavirus, de
los cuales diez murieron, mientras en Langenzenn, en Baviera (sur), 13 ancianos
de entre 79 y 93 años murieron en una residencia en la que se confirmaron 97
contagios.
INTERNACIONAL Y JUANITA SAMPER OSPINA
*Con información de agencias
** CORRESPONSAL DE EL TIEMPO / MADRID